Situado casi en la punta más al sur de la isla este antiguo pueblo pesquero tradicional, hoy convertido en un animado complejo turístico, es calificado como uno de los enclaves más mágicos de la isla de Mallorca. Además de tener el mirador desde donde se obtienen las mejores panorámicas de la Isla de Cabrera y de los atardeceres, es la puerta de acceso a las playas salvajes y paradisíacas de Es Trenc, Es Carbó o Es Caragol, a las que se puede ir andando.
En el interior del término municipal se ubican las antiguas salinas milenarias, que ya fueron usadas por los romanos. Estas lagunas de sal forman un hábitat único con más de 150 variedades de plantas.
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